Allá en el siglo XVI, Reinaba Pedro I El Cruel.
El poder se ejercía por aquellos tiempos de forma absoluta donde no faltaban métodos de barbarie y crueldad.
La capitalidad del reino estaba en la ciudad de Sevilla, era costumbre del monarca merodear y husmear por todos los rincones de su reinado para así ejercer su mando de forma eficaz y directa.
En una de sus correrías entró en el convento de San Francisco, preguntó por el prior y le informaron que había ido a predicar a Jerez, ya que el Prior era un verdadero sabio y lo llamaban a distintas ciudades para iluminar con su sabiduría.
¿Con que sabio tenemos? Pues mañana se verá si es tan sabio como vos presumís. Sin demora y en cuanto vuelva, acuda al Alcázar y ante nuestra real presencia y advertirle a vuestro reverendo, que se vaya preparando para contestar tres preguntas, donde veremos si es tanta su sabiduría.
Regresó el Prior y cundió el temor en el convento, rezaron a todos los santos para librarse de la cólera del Rey.
En estas inquietudes y desasosiego, llamó a la puerta de la celda del Prior un fraile lego y le dijo:
No se abrume vuestra paternidad, soy lego y antes que fraile fui hombre de campo y tengo mucha gramática parda: Yo iré al Alcázar y soportaré la indignación de su majestad.
Llegó a presencia del Rey el lego y sin quitarse la capucha y con los ojos bajos en señal de humildad se arrodilló ante el Monarca.
No me gustan los priores andariegos que desamparan su comunidad.
1ª Pregunta: Cuanto valgo yo. 2ª Donde está el centro de la tierra. 3ª En que cosa estoy yo equivocado. Reflexionad bien padre prior porque si no, os juro que lo pasareis mal.
Tras las amenazas quedó el pobre fraile inmóvil, meditó y contestó.
En cuanto que puede valer vuestra alteza, os diré que 29 reales, recordar que a Jesucristo lo vendieron por 30 y no creo que vuestra alteza pretenda valer tanto como nuestro señor.
Satisfizo al Rey la respuesta
Os diré que el centro de la tierra está mismamente donde tenéis puestos vuestro pies
También satisfizo al Rey la respuesta.
Y finalmente en cuanto en que cosa está vuestra majestad equivocado os diré que en lo que ahora mismo estáis pensando; creéis que estáis hablando con el Prior del convento de San Francisco, os equivocáis porque con quien estáis hablando ahora no es más que un lego de la cocina . Y levantándose la capucha dejó ver su rostro.
Quedó maravillado don Pedro del ingenio, aplomo y sobre todo del valor que el lego había tenido para comparecer ante él.
Decidle a vuestro Prior que prepare su maleta y monte en su mula y se vaya. Yo me conformo con la modesta sabiduría de un lego para que luzca y brille el primer convento de Sevilla.
Así que desde hoy vos seréis el Prior de San Francisco.
