jueves, 7 de enero de 2010

LA SUBBETICA CORDOBESA










Situada en el suroeste de la provincia de Córdoba, en pleno centro geográfico de Andalucía, zona de paso entre la Andalucía Oriental y Occidental, con una extensión cercana a 160.000 hectáreas.

En su interior se encuentra El Parque Natural de las Sierras Sub-béticas, espacio protegido de gran riqueza ecológica y paisajística donde se dan cita el barroco y la arqueología, es de destacar La Cueva de los Murciélagos en Zuheros, la Gruta de los Mármoles en Priego, el poblado íbero del Cerro de la Luz de Almedinilla y otros monumentos de gran interés.

Los catorce municipios que constituyen la mancomunidad de la sub-bética, Almedinilla, Benamejí, Cabra, Carcabuey, Doña Mencía, Encina Reales, Fuente-Tójar, Iznájar, Lucena, Luque, Palenciana, Priego de Córdoba, Rute y Zuheros, están cargados de amplio legado de costumbres populares, donde arraiga el más genuino sentimiento andaluz que exteriorizan y manifiestan a través de su folclore y en las distintas festividades de cada pueblo.

Sin duda alguna Andalucía es tierra donde pasarlo bien, pueblos de encanto donde poder degustar su riqueza culinaria, sus típicas tapas (pequeños, variados y suculentos platos) revuelto de collejas, rabo de toro, salmorejo con guarnición, pipirrana, setas o mízcalos, jamón, embutidos de la tierra frescos, a la plancha o la brasa, chorizo, panceta, filetitos de solomillo, sardinas en aceite de oliva, quesos, alcachofas y también infinidad de combinaciones de productos de la tierra como pueden ser berenjenas, espinacas, acelgas, o el mejor pescado y mariscos de la costa,.

En cada pueblo podrás encontrar la típica taberna o tasca que le ofrecerá con amabilidad su peculiar forma de preparación de la tapa con sabor andaluz.

Existen buenos cómodos y amplios restaurantes donde paladear los mejores platos de la cocina andaluza, ubicados dentro de los distintos pueblos o en zonas cercanas a las carreteras circundantes con amplios aparcamientos para vehículos, donde la estancia se hará corta y agradable, algunos de estos restaurantes poseen lagares y bodegas propias para paladear los mejores caldos andaluces.

Y sobre todo saber admirar la grandeza de los pueblos y rincones andaluces, entrar en la idiosincrasia de los hombres y mujeres andaluces, sus costumbres y leyendas, hablar con la gente, compartir anécdotas e ideas, palpar y gozar de lo cotidiano de la sencillez.