Libertad es la facultad natural que tiene la persona humana de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos.
Durante miles de años se ha vendido al hombre como cualquier otra mercancía. Han existido esclavos en el mundo entero, no se les concedían derechos, no se les aceptaba como seres humanos.
La libertad es un derecho de manifestar, defender y propagar opiniones propias.
A veces la persona humana se ve, manejado y utilizado por intereses materiales y sicológicos, nos atrapan y nuestra facultad de personas la entregamos y depositamos a líderes políticos o religiosos que a su antojo engrandecen su propio ego amparados en una falsa imagen de la construcción de un mundo mejor.
“Un gran hombre que luchaba por la libertad, viajaba por las montañas, se quedó asombrado al descubrir un loro muy hermoso que constantemente gritaba < ¡Libertad!, ¡Libertad! >, Cuando el animal decía la palabra libertad, resonaba en las valles de las montañas en forma de eco ¡LIBERTAD!, ¡LIBERTAD!
Tuvo una idea, se levantó en mitad de la noche, aprovechando que el dueño estaba dormido abrió la puerta de la jaula, el hombre le susurró al loro: "sal ahora"
Pero se quedó muy sorprendido al observar que el loro se aferraba a los barrotes de la jaula, le dijo una y otra vez: ¿te has olvidado de la libertad? ¡Sal! La puerta está abierta y tu dueño está durmiendo profundamente, nadie se enterará; vuela por el cielo, todo el cielo es tuyo. Pero el loro se aferraba tan concienzudamente, con tanta fuerza que el hombre dijo:
¿Qué pasa? ¿Estás loco?, la puerta de la jaula continuaba abierta, el loro continuaba con sus gritos
< ¡Libertad! ¡Libertad! >”
Me encantó la historia, la jaula tenía ciertas certidumbres y seguridades, el loro no tenía que preocuparse de sus enemigos, la comida la tenia segura.
Somos personas humanas, con plena capacidad de adquirir derechos y contraer obligaciones, no somos loros, no somos animales.
Durante miles de años se ha vendido al hombre como cualquier otra mercancía. Han existido esclavos en el mundo entero, no se les concedían derechos, no se les aceptaba como seres humanos.
La libertad es un derecho de manifestar, defender y propagar opiniones propias.
A veces la persona humana se ve, manejado y utilizado por intereses materiales y sicológicos, nos atrapan y nuestra facultad de personas la entregamos y depositamos a líderes políticos o religiosos que a su antojo engrandecen su propio ego amparados en una falsa imagen de la construcción de un mundo mejor.
“Un gran hombre que luchaba por la libertad, viajaba por las montañas, se quedó asombrado al descubrir un loro muy hermoso que constantemente gritaba < ¡Libertad!, ¡Libertad! >, Cuando el animal decía la palabra libertad, resonaba en las valles de las montañas en forma de eco ¡LIBERTAD!, ¡LIBERTAD!
Tuvo una idea, se levantó en mitad de la noche, aprovechando que el dueño estaba dormido abrió la puerta de la jaula, el hombre le susurró al loro: "sal ahora"
Pero se quedó muy sorprendido al observar que el loro se aferraba a los barrotes de la jaula, le dijo una y otra vez: ¿te has olvidado de la libertad? ¡Sal! La puerta está abierta y tu dueño está durmiendo profundamente, nadie se enterará; vuela por el cielo, todo el cielo es tuyo. Pero el loro se aferraba tan concienzudamente, con tanta fuerza que el hombre dijo:
¿Qué pasa? ¿Estás loco?, la puerta de la jaula continuaba abierta, el loro continuaba con sus gritos
< ¡Libertad! ¡Libertad! >”
Me encantó la historia, la jaula tenía ciertas certidumbres y seguridades, el loro no tenía que preocuparse de sus enemigos, la comida la tenia segura.
Somos personas humanas, con plena capacidad de adquirir derechos y contraer obligaciones, no somos loros, no somos animales.
2 comentarios:
No todo el mundo ansía gozar de libertad. Hay gustos para todo.
Está muy bien este otro modo de pensar, si así lo quería.....
Libertad. Bonita palabra. Lástima que tantas personas carezcan de ella y que no solo sean esclavos de otras personas sino de ellos mismos. A veces nos creamos necesidades que nos hacen ser eclavos de nuestra propia tirania.
Publicar un comentario